Presente y futuro de la Salud Digital: Tras 10 años de experiencia

Presente y futuro de la Salud Digital Presente y futuro de la Salud Digital
El pasado martes 11 de febrero tuvimos el privilegio de acoger en nuestra casa, desde ese día también la de todos los asistentes – entre quienes se encontraba Juan Fernando Muñoz Montalvo, secretario general de Salud Digital, Información e Innovación del Sistema Nacional de Salud- la décima jornada ADS, durante la cual, pudimos abordar una cuestión fundamental, uno de los principales desafíos presentes y futuros de nuestra sociedad, como es la Salud Digital.

Iniciamos el año una vez más analizando las principales tendencias que enfrentará nuestro entorno económico-empresarial durante los próximos 12 meses. 

Estamos ante una nueva revolución, la digital y la medicina no es un ámbito ajeno a esta profunda transformación. Todo lo contrario, el campo de la salud tiene una gran oportunidad para mejorar en todos los sentidos

Creo que la medicina ha encontrado en la tecnología una gran aliada para resolver problemas muy relevantes de nuestro sistema de salud, pero, sobre todo, para alcanzar y tratar con equidad a todos los pacientes.

Dejadme que me refiera a algunos de ellos empezando por el más primario de ellos.

El acceso a la atención médica: La telemedicina y las consultas virtuales permiten que las personas en áreas remotas o con movilidad reducida accedan a servicios de salud sin necesidad de desplazarse. Esta modalidad asistencial supuso, en 2023 -últimos datos disponibles- el 30% del total de las consultas médicas. Además, está comprobado que contribuye en gran medida a descongestionar centro de atención presencial gracias a su capacidad para resolver problemas o atender pacientes con agilidad y sin perder calidad.

La gestión de datos de pacientes: Los sistemas de gestión de información sanitaria y los registros electrónicos de salud mejoran la coordinación y el seguimiento de los pacientes, reduciendo errores y duplicidad de pruebas. Además, la Inteligencia Artificial y el big data permiten tratar y analizar ingentes cantidades de datos que resultan especialmente valiosos para la investigación médica.

Aquí surge uno de los grandes retos del sector. El mayor riesgo que debemos afrontar este año es el de trabajar con una IA “mal alimentada”, de ahí el máximo interés en trabajar con datos de calidad.

Si junto con esta digitalización se consiguiera hacer realidad la interoperabilidad del sistema, y que los sistemas empleados por cada Comunidad Autónoma “se leyeran entre ellos”, la satisfacción de los pacientes y la calidad del servicio prestado se vería incrementados de forma exponencial.

 

Salud Digital - Telemedicina

El diagnóstico y tratamiento preciso: La inteligencia artificial y el aprendizaje automático pueden analizar grandes volúmenes de datos médicos para ayudar en el diagnóstico temprano y en la personalización de tratamientos.

El diagnóstico precoz suele ser la clave del éxito del tratamiento. Según recoge el World Economic Forum, enfermedades como el cáncer, por ejemplo, tienen una tasa de supervivencia significativamente mayor cuando se detectan tempranamente. Cuando el cáncer de mama se detecta en el estadio uno, la tasa de supervivencia a cinco años supera el 90%. El cáncer colorrectal alcanza una tasa de supervivencia a cinco años del 14% cuando se diagnostica en fases avanzadas, pero puede rondar el 90% con un diagnóstico precoz.

La monitorización continua de pacientes: Los dispositivos de monitorización remota permiten un seguimiento constante de las condiciones de salud de los pacientes, facilitando intervenciones rápidas cuando sea necesario.

La IA también está transformando la oncología al permitir tratamientos personalizados del cáncer mediante análisis genómicos, identificando mutaciones y adaptando las terapias al perfil oncológico único de cada paciente. Este enfoque mejora la eficacia del tratamiento, reduce los efectos secundarios y acelera el descubrimiento de fármacos.

Seguridad y privacidad de los datos: Las tecnologías de blockchain y cifrado avanzado protegen los datos sensibles de los pacientes contra ciberataques y accesos no autorizados.

Y, por último, y no por ello menos importante la optimización de recursos: La automatización de procesos y la robótica en hospitales pueden reducir costes operativos y mejorar la eficiencia en la atención médica.

Todos estos avances, igual que las anteriores grandes revoluciones científicas y tecnológicas, vienen acompañados de importantes reflexiones éticas.

Permitidme, hablando de revolucionarios éticos, que mencione a Gregorio Marañón, quien además de ser un gran médico e investigador era un polímata de la Edad de Plata de cultura española que dejó una huella imborrable en la historia de la medicina y la ética. 

Marañón fue un verdadero revolucionario de su tiempo. Destacó en varias áreas de la medicina, especialmente en endocrinología, neurología, así como otros campos como la psicología. Fue pionero en el estudio de las glándulas endocrinas y sus efectos en el cuerpo humano, y su trabajo en endocrinología ayudó a establecer esta disciplina como un campo autónomo.

Además de sus logros científicos, Marañón fue un ferviente defensor de la ética médica y la humanización de la medicina. Introdujo un enfoque holístico considerando las circunstancias personales y emocionales de los pacientes:

Como decía el doctor Marañón: “La ética profesional (del médico) brota, como una flor espontánea, de la vocación. Cuando el maestro descubre en el alumno la vocación verdadera y la conforta; y cuando en el terreno de la vocación demostrada siembra los conocimientos, está haciendo no sólo un buen médico, sino un médico bueno, de profunda moral profesional. De aquí mi convicción, un tanto revolucionaria, de que no se precisan reglas de moral expresas ni cursos de Deontología.

Su visión humanista formó a los médicos españoles, no sólo en la competencia técnica o el rigor científico, sino también en valores como la cordialidad, la empatía, la elegancia profesional, el respeto… en definitiva, la importancia de saber escuchar al enfermo y ponerse en su lugar.

Este legado humanista debe inspirarnos a seguir avanzando con la misma integridad y compromiso, para aprovechar la tecnología como una oportunidad sin precedentes para mejorar la calidad de vida de las personas.

Otro ámbito muy relevante es la equidad en el acceso y el uso de los avances tecnológicos es esencial. No podemos permitir que la brecha digitaltodavía hoy un 33,8% de población española no tiene formación básica en competencias digitales– se amplíe, dejando atrás a quienes más necesitan estos avances.

Gregorio Marañón estuviera con nosotros hoy, estoy seguro de que abogaría por esta ética, la empatía y la equidad como pilares fundamentales en el desarrollo y la implementación de la tecnología en la medicina.

Alzando la mirada, vi en la sala caras que evocan a las del Dr. Marañón y que seguro que comparten su manera de entender la medicina. Ojalá que las conclusiones a las que se llegaron durante la jornada sirvan para promover el bienestar de todos, siempre anteponiendo las necesidades del paciente.

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